Paseo en burbuja

Nunca pensé que ese artilugio que tan caro me resultó cuando lo compré, iba a resultar tan práctico. Me refiero a la burbuja para el coche de la peque, imprescindible para los días de lluvia ( que son muchos aquí en el norte ) .

Al mal tiempo, y al ser Castro un puerto de mar, se suma la humedad. Por lo que resulta más que necesario su uso casi durante todo el invierno, independientemente de que llueva a mares.

Ahora bien, que a mi me resulte un complemento necesario no significa que a Marina le encante. Más bien es sinónimo de aburrimiento. Es cerrarla ahí adentro, y se desencadenan un sin fin de artimañas que van desde quitarse el gorro, los zapatos e incluso los calcetines... ¡ En pleno invierno !

Sí, eso que asoma son sus pies, y tiene una postura casi imposible de reproducir. Menos mal que los zapatos se habían quedado dentro del saco...
A todo esto, ¿ parará algún día de llover ? Mientras tanto no nos queda otra que pasear en burbuja.